Mientras tanto, Fermina permanece ajena a todas estas narrativas. Su vida avanza, marcada por la estabilidad de su matrimonio y la crianza de sus hijos. No obstante, la muerte de Juvenal Urbino se convertirá en un punto de inflexión que transformará por completo su existencia. A partir de ese instante, la novela tomará un rumbo inesperado y nos confrontará con la gran interrogante que ha sostenido la trama: ¿puede el amor perdurar a lo largo del tiempo o solo existe en la mente de quienes se aferran a él?
Continúo mi lectura sintiendo que esta historia no es un simple relato sobre la pureza del amor, sino más bien sobre su persistencia y evolución. No se trata de un cuento de almas destinadas a unirse, sino de lo que acontece cuando una persona se aferra a una idea a lo largo de toda su vida, sin importar cómo cambie la realidad que la rodea.
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